Amigos (as), me encontré con este simpático escrito por la Web en la pagina del GARR y aquí lo comparto con Ustedes:
Un dia sin haitianos
Por el Dr Steeve Coupeau de NYIHA MEDIA
mardi 6 juin 2006
Me acosté con la oración en la boca
no termine mi plegaria y Dios me lo concedió :
amaneció la República sin haitianos.
El sol brillaba escandalosamente y todo el aire era blanco.
No lo podía creer pero no había haitianos
a todos los habían deportado
a todos sin importar su rango
desde el que cruzo la frontera hace 100 anos
hasta el niño que nació anoche en el establo.
Todos se habían largado
por fin teníamos un país puramente dominicano.
En la televisión anunciaron que algunos pueblos se quedaron en blanco
en otros quedaron unos cuantos :
europeos nacionalizados.
Salgo a la calle y llevo mi carro
corro y corro y esta todo desolado
la ciudad estaba en blanco
las construcciones se habían parado
Solo había abiertas unas tiendas importadas y negocios de carros
sin ninguno de sus empleados
solo estaban los dueños
los nacionalizados.
Me fui a las afueras pues no había trafico
las cosechas de cana se habían arruinado
no había nadie en las fincas
ni cuidando el ganado
nadie construyendo carreteras
ni quien hiciera maní tostado.
Me voy al Cibao que dizque es de blancos
tampoco había nadie en las calles de Santiago.
Me fui a la costa,
el mismo escenario
solo estaban los turistas
y los nacionalizados
aburridos y sin nadie que les sirva un trago.
Ya estaba preocupado al ver todo en blanco.
No podía ser que fuéramos todos haitianos
si este es un país de dominicanos.
Me baje del carro
me sente en la acera
pensé en los orígenes de nuestra guerra
se me acerco una esclava
tenia cadenas
pero era un ángel
un ángel de alas negras
me dijo liberame de estas cadenas
que son las mismas que tu llevas puestas.
No es la invasión ni la tierra el problema
eres tu quien no acepta la mezcla
quien se mira al espejo y se re-inventa
quien se mata a si mismo de la vergüenza
quien vomita valores de los anos 50
quien se odia a si mismo
y enciende su hoguera.
Llore y llore de vergüenza
pues siempre confié en mi capacidad intelectual
y yo también me deje llevar por la mas vil enfermedad
la que justifica mi aire de superioridad
pero ya,
!no mas !
Al decir esto el ángel se fue
volví a casa y me acosté
al día siguiente cuando desperte,
estaba todo verde otra vez.
15 de diciembre de 2006
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