Amigos(as), durante algunos minutos quisiera seguir opinando sobre las deplorables desigualdades que padece el pueblo haitiano:
Es evidente que las desigualdades tienen un costo humano, social y económico considerable. Para lograr el progreso económico, es tan obligatorio e importante, reducir las desigualdades como lo es reducir la inflación y tener buenas y transparentes elecciones.
Sin una reducción de las desigualdades, la estabilidad económica permanecerá frágil y la democracia inestable.
Si admitimos que la reducción de las desigualdades es una condición imprescindible para la estabilidad de una sociedad y para el progreso económico, el hecho de reducir estas desigualdades no puede ser percibido de ninguna manera como alguna manifestación de odio hacia las elites.
Lo entiendo mas bien como una responsabilidad de un Estado digno que se dedica a trabajar para el bienestar de sus ciudadanos.
También, las elites haitianas tienen que entender que las desigualdades constituyen un riesgo para ellas mismas. El bienestar de la elite es inseparable del bienestar de la población pobre. Es decir que la elite haitiana tiene que consentir a algunos sacrificios personales y detener la corrupción del sistema. Y por ello, no se puede mantener la practica de las exacciones y desembolsos parásitas de los fondos del Estado o de otros circuitos financieros sin que estos sirvan para reales inversiones productivas para el pueblo haitiano en general.
Estoy convencido entonces de que un gobierno haitiano RESPONSABLE debe fajarse a la implementación urgente de políticas sociales y económicas necesarias a la reducción de las desigualdades y de la pobreza.
¡Hasta ahorita!
Es evidente que las desigualdades tienen un costo humano, social y económico considerable. Para lograr el progreso económico, es tan obligatorio e importante, reducir las desigualdades como lo es reducir la inflación y tener buenas y transparentes elecciones.
Sin una reducción de las desigualdades, la estabilidad económica permanecerá frágil y la democracia inestable.
Si admitimos que la reducción de las desigualdades es una condición imprescindible para la estabilidad de una sociedad y para el progreso económico, el hecho de reducir estas desigualdades no puede ser percibido de ninguna manera como alguna manifestación de odio hacia las elites.
Lo entiendo mas bien como una responsabilidad de un Estado digno que se dedica a trabajar para el bienestar de sus ciudadanos.
También, las elites haitianas tienen que entender que las desigualdades constituyen un riesgo para ellas mismas. El bienestar de la elite es inseparable del bienestar de la población pobre. Es decir que la elite haitiana tiene que consentir a algunos sacrificios personales y detener la corrupción del sistema. Y por ello, no se puede mantener la practica de las exacciones y desembolsos parásitas de los fondos del Estado o de otros circuitos financieros sin que estos sirvan para reales inversiones productivas para el pueblo haitiano en general.
Estoy convencido entonces de que un gobierno haitiano RESPONSABLE debe fajarse a la implementación urgente de políticas sociales y económicas necesarias a la reducción de las desigualdades y de la pobreza.
¡Hasta ahorita!
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