21 de marzo de 2007

La visita del Presidente Chávez (Parte 1)

PUBLICADO EN LA SECCION FIRMAS DE CLAVE DIGITAL EL DIA martes, 20 de marzo de 2007
DESDE HAITI
Steven Gehy





La visita del Presidente Chávez (Parte 1)

PÉTION-VILLE, Haití.- La semana pasada, una capital haitiana eufórica recibió la histórica visita del carismático mandatario de la República Bolivariana de Venezuela, el presidente Hugo Chávez Frías.


Horas antes de la llegada del ilustre invitado, miles de haitianas y haitianos se habían congregado en las inmediaciones del aeropuerto internacional Toussaint Louverture y también del palacio nacional en Port-au-Prince para brindar una calurosa bienvenida y expresar su profunda admiración hacia el popular dirigente venezolano.

Visiblemente emocionado, Hugo Chávez no pudo resistir la tentación de apartarse de los agentes encargados de su seguridad, en repetidas ocasiones, para tomar un baño de pueblo con estos hombres, mujeres, niños y niñas que lo aclamaban con entusiasmo.

Después de este apoteósico momento, cabe preguntarse:

¿Qué significa esta visita para el pueblo haitiano?

¿Cuáles son los posibles beneficios para Haití a corto plazo?

Antes de todo, la visita del presidente Hugo Chávez constituyó un apoyo moral, un apoyo oportuno a una nación haitiana difamada, denigrada, explotada, abusada, aislada durante siglos sólo por haber tenido la valentía de derrotar un poderoso ejército caucásico y la osadía de quebrantar un infame y degradante sistema esclavista mundial.

En efecto, la hostilidad imperialista hacia Haití se mantuvo abiertamente expresada aún hasta la mitad del siglo pasado. El presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt no disimulaba su odio visceral para esa pequeña nación negra e independiente cuando declaraba:

"En Haití, es necesario constantemente levantar a los pobres contra la gente acomodada y poner a la gente acomodada en estado de destruirse entre sí. Es la única manera para nosotros de tener un predominio continuo sobre este país de negros que conquistó su independencia por las armas. Lo que es un mal ejemplo para los Negros de Estados Unidos de América”.

La semana pasada, el mensaje que recibía el pueblo haitiano era otro; era el de un amigo del Sur, era el de un hermano latino americano. Esta vez, haitianos y haitianas tuvieron en frente una personalidad que había comprendido sus heroicas luchas, que había entendido su muy difícil trayectoria y que había venido para hacérselo saber.

El Presidente Chávez invitó el pueblo haitiano a retomar fuerzas con sus raíces, con sus luchas, con su historia. El Presidente Chávez estimuló el pueblo haitiano a retomar confianza en su futuro, en su desarrollo, en su nación. El Presidente Chávez en fin, llevó a todo el pueblo haitiano un mensaje de solidaridad, de hermandad y de agradecimiento:

"No tengo bastantes palabras para decir gracias al pueblo haitiano...Somos conscientes del lugar donde nos encontramos, conscientes de lo que representa el pueblo haitiano". Fue con esas emocionadas palabras –que me ponen un nudo a la garganta- que el Presidente Chávez se expresaba hacia sus atentos oyentes.

En realidad, este agradecimiento expresado por el mandatario venezolano llena un vació histórico dejado por Simón Bolívar quien a pesar de su profunda gratitud para con Haití, nunca tuvo la oportunidad – o más bien, la posibilidad- de expresarla ante el mundo y para la historia.

Hay que precisar que ese silencio que mantuvo Simón Bolívar en toda América Latina sobre la imprescindible ayuda que le había aportado el Presidente Alexandre Pétion y que culminó con la liberación y la creación de los Estados de Venezuela, de Colombia, de Bolivia, del Perú y de Ecuador, en realidad nunca fue un acto de ingratitud como han pretendido algunas voces. Fue más bien ese silencio, la expresa voluntad de éste dirigente haitiano.

El historiador haitiano Jean Ledan Fils, en efecto, nos narra la conversación que tuvo lugar entre ambos próceres. Y durante una segunda entrevista con Pétion, el valiente Simón Bolívar preguntó:

“¿Debo hacer saber a la posteridad que Alexandre Pétion es el liberador de mi patria?”

Pétion contestó: “No, prométame abolir la esclavitud de los negros, allí donde controlará”.

Cuando Bolívar se enteró de la muerte del Presidente Pétion el 29 de Marzo de 1818, envió el siguiente mensaje:

“Aprendí con un profundo dolor la muerte del Presidente Pétion: su patriotismo, su generosidad y las virtudes que lo caracterizaban generan mi admiración y la de mis compatriotas. Esta veneración será eterna como el nombre de Pétion”.

Hoy, dos siglos mas tarde, la ayuda moral y económica no sale de Haití hacia Venezuela. Hoy, dos siglos mas tarde, es al revés. Esa es una gran lección de historia. Esta es una experiencia que anima a la reflexión.

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