14 de abril de 2007

Calificación histórica de los jóvenes U-17




La selección haitiana de fútbol de los menos de 17 años se ha calificado el domingo para el Mundial 2007 gracias a su neta victoria 3-0 frente a o El Salvador en los juegos celebrados en Tegucigalpa.


Valdo Normil, Hérold Joven Charles y Fabien Vorbe inscribieron los tres goles de Haití. Esta victoria fue la más bonita para un equipo nacional que juega en desplazamiento y que saca México campeón mundial en título.

En 1973, el once nacional mayor que se calificaba para la Copa del Mundo 74 no había podido hacer mejor. En este entonces, fue Trinidad que se encargo de eliminar México en un partido épico bajo la barra del celebre jugador de Trinidad, Warren Archibald.

Mientras que Haití había llevado una bonita campaña de preparación para este Pré- Mundial cuya sede obtuvo, aunque calificada, no había podido ofrecer y desarrollar el mejor de su juego.

Este fin de semana de Pascua 2007 es histórico. Jugando en el exterior y ante adversarios de importancia como México (el actual campeón mundial de los U-17), el U-17 rompió todas las barreras, a pesar de una campaña de preparación no efectuada en las condiciones óptimas.

Treinta y tres años después de, Haití se vuelve a poner sobre la escena mundial, terminando primera de su grupo calificativo del CONCACAF y calificándose para la competición mundial en Corea del Sur.

Es un bonito año deportivo que se anuncia para nuestro país al nivel internacional. La Federación Haitiana y su patrocinador oficial pueden enorgullecerse del trabajo en este sentido. Después de nuestro título regional del Caribe, he aquí, Haiti cualificada cualificados para el Mundial de Corea del Sur (a finales de agosto), en espera del Gold Cup (en junio en los EE.UU) y los Juegos Panamericanos de Río (en Brasil en julio).

¿Cómo no alegrarse?

7 de abril de 2007

Leonel, los haitianos y los domínico-haitianos (2)



Leonel, los haitianos y los domínico-haitianos (2)

Por Sara Pérez


READING, PA.- Otro de los episodios del gobierno de Leonel Fernández relacionado con la incompetencia para identificar soluciones en el tema domínico-haitiano, ocurrió hace muy poco, cuando unos jueces de la Junta Central Electoral dieron a conocer un proceso para despojar de la ciudadanía dominicana a Sonia Pierre, en represalia por sus denuncias.

Sonia, en ejercicio de su libertad de expresión y de su derecho a criticar políticas de su país y de cualquier otro, en el escenario que elija, ha denunciado la violación de derechos humanos contra la población dominicana de origen haitiano en RD.

Eso es de por más conocido, aunque negado, por quienes justifican una situación inexcusable que el gobierno debe enfrentar con respeto a los derechos humanos y con una política inmigratoria que le permita controlar sus flujos.

En la iniciativa de reprender a Sonia convergen los fundamentalismos de la Fuerza Nacional Progresista, (FNP) y las indolencias de un gobierno que carece de voluntad para sortear los dasafíos domínico-haitianos.

La investigación sobre el acta de nacimiento de Pierre. responde a una solicitud hecha por la FNP, así es que no es para nada ocioso examinar algunos signos de esa agrupación, que se cree con potestad de despojar de su dominicanidad a ciertas personas, bajo unos fundamentos bastante arropados por la ceguera colectiva y la percepción distorsionada que se le ha impuesto a un pueblo sobre sí mismo.

El FNP es un partido de ultraderecha, que sin dejar de ser microscópico, prosperó a la sombra de Balaguer y ha mantenido su ascendente trayectoria, al amparo de la arbitraria y poco íntegra oficialidad peledeísta actual, a la que disputará más temprano que tarde estelaridad política, cosechando los dividendos de la hostilidad domínico-haitiana y sin reparar en las consecuencias de esas actitudes.

Las prosperidades de la FNP han incluido recursos otorgados para campañas, en un volumen inversamente proporcional a la cantidad de sus votos.

La receptividad del originalmente izquierdoso PLD ante postulados de colindancias fascistas, se explica por sus reductos de estalinismo, la tradición trujillista vernácula, la escasa identificación con valores humanos primordiales, la poca conciencia democrática y la derechización inconmovible, que arropa a los pragmaticos políticos locales y que han afianzado un nacionalismo que propugna por la aceptación a la esclavitud flagrante, persiguiendo y despreciando a sectores que se encuentran entre los más apaleados de la población y sin admitir los aportes de esos sectores a la sociedad que los margina.

El FNP fue fundado por el abogado Vincho Castillo, quien sigue siendo mentor y guía del mismo, pero cuya heredad se ha traspasado parcialmente a su hijo, el diputado Pelegrín Castillo.

En su larga historia como figura pública que inició al igual que Balaguer, a título de cortesano de Trujillo, Vincho nunca ha concitado por sí mismo masas más numerosas que las conformadas por sus guardaespaldas.

Sin embargo, su participación en episodios de la vida nacional ha sido notable y le ha valido que el Presidente de la República, Leonel Fernández, lo equipare con Juan Bosch, distinción que sin lugar a dudas Don Juan habría apreciado mucho.

Entre las cúspides de la biografía política de Vincho no hay ni que mencionar el capítulo de La Vega en 1960, época en la que el régimen de Trujillo comenzó a hacer aguas y algunos adeptos formaron turbas para contrarrestar las críticas contra el querido Jefe.

Los acontecimientos de 1978, cuando Vincho estuvo a la cabeza de la gente de Balaguer para disputar los resultados de las elecciones de ese año, son muy ilustrativos sobre la clase de aportes que el notable personaje ha hecho a la patria amada y al devenir de su democracia.

No deja de ser sintomático el proceso contra Jorge Blanco, que buscaba penalizar trasiegos y sobrevaluaciones en las compras en las Fuerzas Armadas entre 1982 y 1986, focalizándose, por desgracia, en un solo islote de irregularidades y obviando la vastedad del océano de corrupción que lo rodeaba.

Pero esa no es una variable muy exótica. La vida está llena de hechos similares. Dicen que el mundo da muchas vueltas y que a veces pasa dos veces por el mismo sitio. De hecho, con frecuencia dura toda la vida pasando por el mismo sitio, sin que los aludidos se den por enterados. Eso permite establecer contrastes de toda complexión, incluyendo los de denuncias contra la corrupción, protagonizadas por impostores que exigen guillotinas para los corruptos sólo cuando estos no son sus líderes, sus asociados o sus clientes.

Volviendo al tema, uno de los hijos de Vincho, Pelegrín, originalmente entró al Congreso en 1994, por la puerta de atrás, sin votos propios, sino arrastrado por el PLD, lo que se circunscribía al procedimiento establecido y legal, aunque jamás fue una técnica legítima, porque los ganadores eran elegidos por los partidos, o más bien por algunos cabecillas y no por la gente.

La incorporación de Castillo entre los primeros números de la lista de diputados del PLD, es decir, entre los que por arrastre saldrían "elegidos", se dió como parte de las negociaciones de alianza entre el PLD y la FNP de Vincho, a quien se debía recompensar por la campaña especialmente agresiva contra el líder perredeísta José Francisco Peña Gómez. La lucha contra Peña Gómez fue la gran epopeya en la vida de Vincho. Y esa no fue una contienda honorable.

En su momento, Vincho y sectores de ideologías, intereses y estatura ética similares a los de él, prohijaron el cuestionamiento de la ciudadanía dominicana del hoy fallecido Dr. José Francisco Peña Gómez, quien de paso fue acusado de estar involucrado en el narcotráfico.

Algunos de los que hay encabezan la persecución contra Sonia fueron entrenados para ese tipo de despedazamientos, con el acoso a Peña Gómez, en la campaña política más sucia y rastrera de toda la historia dominicana. Teniendo por origen esa campaña se han desarrollado y consolidado nuevos actores en la vida política nacional.

Finalmente, Pelegrín hizo su entrada al Congreso por la puerta de alante. En las últimas elecciones fue el diputado con mayor cantidad de votos y esa popularidad se debe en gran parte a su discurso ultranacionalista antihaitiano y anti domínico-haitiano, que tiene mucho terreno fértil entre la población dominicana cuyo nivel de discernimiento ha sido esmeradamente saboteado.

En tanto, el gobierno de Fernández, enredado entre sus torpezas, no da pie con bola y gran parte del país no parece tener suspicacias ante la erupción de amor a la patria que no compagina con la historia de sus abanderados.

Continuará.

6 de abril de 2007

Progresos en Haití según Condoleezza Rice





El Secretario de Estado americana, Condoleezza Rice, se felicitó de los progresos notables realizados por el Gobierno haitiano, en particular, en cuanto a seguridad.

"Haití hizo muchos progresos desde un año", declaró al jefe de la diplomacia americana después de un encuentro en Departamento de Estado con el Primer Ministro haitiano Jacques- Edouard Alexis.

"Cuando se piensa en la situación muy difícil que prevalecia hace solamente algunos años, es impresionante", añadió la Sra. Rice. "

El Gobierno hace grandes progresos en nombre de su pueblo en asociación con la comunidad internacional, garantizando la seguridad y la estabilidad con el apoyo de la Minustah", la Misión de las Naciones Unidas para la estabilización en Haití.

Confirmó el desbloqueo de una ayuda de 20 millones de dólares para la creación de empleos en las zonas desfavorecidas de la isla como Cité Soleil, el principal barrio de casuchas de Port-au-Prince.

Esta asistencia directa fue anunciada el 1 de febrero por el número tres del Departamento de Estado, Nicholas Burns.

El Sr. Alexis él también se congratuló por "los resultados muy positivos" adquiridos en cuanto a seguridad, pidiendo a las empresas americanas invertir en Haití para crear empleos. "Para capitalizar sobre los resultados obtenidos en la seguridad, en la estabilidad, tenemos que proveer posibilidades de ingresos, a las distintas familias del país", destacó el jefe del Gobierno haitiano, que se expresaba en francés.

Se comprometió a redoblar de esfuerzos para luchar contra la corrupción creando "un medio ambiente de normas, de Reglamentos y un medio ambiente de seguridad favorables". "Pensamos que hay allí una ocasión histórica de hacer de modo que Haití, que se encuentra a algunos kilómetros de las costas de los Estados Unidos, pueda conocer una mejor suerte", concluyó.

Notable mejoría de la seguridad en Haití.





En Haití, principalmente en Port-au-Prince y en Pétion Ville, podemos observar una real mejoría en el asunto de la seguridad. Esto se debe a los esfuerzos de la Minustah, de la Policía Nacional de Haití y de la ciudadanía en general.

Los más peligrosos jefes de pandillas, tales Evens Ti Couteau y ahora William Baptiste (conocido como Ti Blanc que vemos aquí en la foto), el segundo pandillero más peligroso de Haití, han sido apresados y se encuentran actualmente bajo custodia de la policía judicial.

La policía nacional arrestó a William Baptiste para su implicación presunta en la "masacre del Scirie" que había hecho una cincuentena de muertes en un barrio de la ciudad de St-Marc, en febrero de 2004, poco antes de la caída de Aristide. Un año más tarde, en febrero de 2005, se había evadido de prisión.

También, William Baptiste es el presunto jefe de una temible pandilla responsable de múltiples secuestros, asesinatos de rehenes, cometidos en la capital haitiana y en Pétion Ville.


1 de abril de 2007

Leonel, los haitianos y domínico‑haitianos (1)



Por Sara Pérez (publicado en El Nacional, el 1 de Abril 2007)

READING, PA.‑ Ya van por lo menos dos veces que el gobierno de Leonel Fernández se desahoga con especial indignidad, golpeando a los y las más vulnerables, cuando ha quedado en ridículo por actuaciones torpes e incompetentes, relacionadas con el tema domínico‑haitiano.

La primera de esas sobre-reacciones vergonzosas, que es a la que voy a referirme en esta ocasión, ocurrió tras la infausta visita del muy mal asesorado presidente Fernández a Haití, en diciembre del 2005, (si mal no recuerdo un martes 13), que desencadenó las protestas de un grupo de haitianos, chiquito pero bulloso, en medio de una situación que no era la más favorable para ir a saludar a los vecinos.

Para empezar, ningún Presidente dominicano debía coger para Haití en fatuas visitas turísticas, hasta que el gobierno defina una política de inmigración razonable, formal y clara, que permita el manejo institucional y legal de quienes entran a nuestro país, respetando los derechos humanos de los inmigrantes y salvaguardando los derechos e intereses de la República Dominicana, todo lo cual, lejos de contradecirse, se complementa. Mientras eso no ocurra y mientras no se atiendan las condiciones de extrema precariedad, (jamás descritas y ni denunciadas por nadie en toda su brutal dimensión), en que se mantienen los inmigrantes haitianos y la población domínico‑haitiana en RD, las visitas de "cortesía" al vecino país pueden ser interpretadas por muchos como la afrenta que son.

Se corre el riesgo de que las reacciones no resulten las más obsequiosas y eso puede tener desenlaces desdichados y más en situaciones volátiles en las que nadie puede alardear de controles rigurosos en ningún sitio.

En esa ocasión, ocurrió lo fácilmente previsible. No hubo pérdidas irreparables, pero uno de los carros de la comitiva presidencial dominicana quedó en una calle de Puerto Príncipe reducido a chatarras y cenizas.

Los ocupantes, perdida la majestad de sus correspondientes cargos, huyeron despavoridos, con tan buena fortuna que consiguieron abordar otro de los vehículos que corrían en estampida, encabezados por el del Presidente, cuya corbata Hermès, según se dice, apareció cinco días después vendiéndose como souvenir en una esquina de Cité Soleil.

Según rumores, de los zapatos presidenciales, hechos a mano y a la medida por la casa John Lobb en Inglaterra, no se han vuelto a tener noticias y también se extraviaron unos sombreros ingleses que el Presidente obsequiaría a Doña Margarita y que posteriormente fueron vistos en las cabezas de unas oficiantes de una ceremonia de vudú en una playa de Puerto Príncipe.

También se ha dicho que uno de los oficiales de seguridad perdió un poste de Viagra y otro, un peluquín, sin contar las botellas de ron Barbancourt que se les rompieron.

El presidente Fernández y su comitiva no fueron a nada a Haití, aparte de politiquear un poco, buscar un problema, crear una crisis innecesaria, pasar un susto del carajo y quedar en ridículo.

De allá retornaron que los freían en alquitrán y no decían ni ¡ji!. No se autocriticaron la frivolidad e imprudencia de su innecesario viaje, que pudo tener consecuencias muy graves e indeseables para ambos países.

No se exprimieron un poco el cerebro para busca soluciones efectivas y hasta el día de hoy no se han sentado a diseñar las estrategias para intervenir a fondo en una situación que se les está viniendo encima como una avalancha, para la que no tienen respuestas ni refugios, pero ante la que no parecen muy preocupados.

Como buen gobierno taponero, el de Leonel Fernández sólo es eficiente cobrando impuestos y haciendo desaparecer gran parte de ellos sin que se sepa en qué. Por lo demás, se dedica a pegar parches y a hacer zurcidos.

Ante problemas sociales que demandan intervenciones serias y a gran escala, Leonel y su equipo lo que hacen son operativitos circences, como el bluff de enfrentar la delincuencia con las patrullas de guardias que, por cierto, hicieron que la delincuencia se frenara por unos días, porque el sector de los guardias delincuentes tenía que andar de patrulla. Pero ya les buscaron la vuelta al caso.

Esa es la actitud que mantienen con relación a la inmigración haitiana y a la población domínico‑haitiana, con el agravante de que los parches improvisados y populistas ejecutados a la brigandina, consisten en deportaciones con procedimientos inhumanos de un primitivismo vergonzoso, que hieren y lastiman al sector más infortunado, al más impunemente atropellado, de los habitantes de la República Dominicana.

A los pocos días del incidente en Haití, el gobierno dominicano reaccionó con la ineptitud, la vileza y, sobre todo, con la categórica irresponsabilidad que lo caracterizan, a través de la Suprema Corte de Justicia, integrada en su mayoría por jueces negligentes y anacrónicos.

En aquella oportunidad, la Suprema Corte de Justicia, en violación a la Constitución dominicana y sorastrando esa Constitución, declaró que a los hijos de los haitianos indocumentados nacidos en territorio dominicano no les corresponde la nacionalidad dominicana.

Esa disposición tiene unas implicaciones sociales tremendas. Formaliza una segregación masiva. Deja en el limbo a miles de dominicanos y dominicanas de padres haitianos. Abona resentimientos. Propicia convulsiones dramáticas que serán inevitables ‑y en las que nadie va a ganar y todos van a perder‑ si eso no se enmienda. Coloca a la República Dominicana en una situación internacional poco airosa y, de paso, agrede a la enorme cantidad de dominicanos y dominicanas que andan por el mundo sin documentos o con documentos adulterados, teniendo hijos a los que les corresponden las nacionalidades de los países donde nacen.

De esa forma y a ese precio, (que todavía no ha comenzado a pagarse), se desagravió al Presidente dominicano del ridículo que hizo en Haití.

Ni cuando Ramfis perdía un partido de polo, se generaban tales crisis.